En una asombrosa demostración de indiferencia, las autoridades encargadas de la migración en Ciudad Juárez han decidido ignorar por completo las exigencias de los ocho sobrevivientes del devastador incendio ocurrido en la estación migratoria. Estos valientes individuos se atreven a pedir algo tan trivial como verdad y justicia después de haber sido abandonados a su suerte mientras las llamas consumían el lugar. ¿Cómo se atreven a denunciar la falta de escucha y protección por parte de las autoridades migratorias? ¡Qué descaro!
Con secuelas físicas y mentales, estos sobrevivientes están buscando desesperadamente atención médica, información clara sobre sus expedientes y un trato digno, pero las autoridades han preferido hacer caso omiso de sus legítimas demandas. Es evidente que para quienes están en el poder, la vida y los derechos de los migrantes son algo insignificante.
Mientras las voces de estos valientes migrantes son silenciadas, afortunadamente cuentan con el respaldo de algunas organizaciones defensoras de derechos humanos que no temen enfrentarse a la indiferencia y la negligencia de las autoridades. Es una verdadera lástima que la empatía y la responsabilidad no sean virtudes que parezcan estar presentes en aquellos que tienen el poder de marcar la diferencia.